Situación comprometida

Es curioso: empecé este blog para contar mis propias anécdotas, pero a pesar de que aún me quedan un buen montón por incluir, las pocas entradas que acabo añadiendo últimamente son vivencias de otras personas. Tal vez por parecerme más interesantes (las mías “ya me las sé”) o porque, al no haberlas vivido personalmente, tengo miedo de olvidarlas.
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El pasado mes realicé un viaje de una semana con varios curas. Uno de ellos, un joven con pocos años de sacerdocio, compartió conmigo algo que le había sucedido en su primera parroquia, poco después de su ordenación, y que me hizo reír a carcajadas:
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Se encontraba en el despacho parroquial, reunido con un matrimonio. La pareja solicitaba un recibo de los donativos que habían entregado aquel año a la parroquia, para presentarlo en la “declaración de Hacienda”.
Mientras les preparaba el recibo, llamaron a la puerta y se asomó una de las religiosas que colaboraban en la parroquia. La mujer, ya mayor, dijo en voz alta desde la puerta:
- Padre, está aquí uno de los monaguillos preguntando si ha cogido usted su “Playboy”, que se ha debido dejar en la sacristía.
Ante la cara de asombro del matrimonio, el joven sacerdote, bastante azorado, se apresuró a abrir el cajón de su mesa y a sacar lo olvidado por el monaguillo, mostrándolo claramente mientras puntualizaba en tono elevado y vocalizando bien:
- “GA-ME-BO-Y, sor Teresa. Esta maquinita se llama Game Boy.”
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¡La paz contigo!

1 comentario:

Aurora Llavona dijo...

Hay pobre hombre...Y pobre sor Teresa...

Es lo que tienen estos tiempos modernos...

Lo bueno es que la nueva maquinita de nintendo ya no se llama Game Boy, Sino DSi asi que si se vuelve a repetir la historia, bueno ya no se corre el mismo riesgo ;-)

La historia me ha alegrado el día