Dani

Hoy hemos celebrado el funeral por Dani.
.
Aunque nos habíamos saludado alguna vez, creo que no habíamos tenido ocasión de mantener una conversación de más de 5 minutos seguidos hasta la semana pasada. Eran las ocho de la mañana del domingo y yo me dirigía hacia la iglesia. Él, con una borrachera que apenas le permitía estar en pie, se acercó a mi y me dijo, intentando mirarme a los ojos: “Necesito ayuda. Yo solo no puedo dejar el alcohol.”
Le aseguré que, si realmente quería dejarlo, no estaría solo, y me comprometí a informarme de cuál era el mejor camino para afrontar su problema.
.
Al día siguiente me puse en contacto con “Proyecto Hombre” (el organismo que tiene la Iglesia católica en España para el tratamiento y recuperación de drogodependientes). Ellos ya conocían a Dani, había pasado por el proceso debido a las drogas. Incluso se había recuperado y había montado un negocio de construcción. Pero tampoco en esto había tenido suerte, y se había refugiado en la bebida. “Él –me dijeron– ya sabe cuál es el camino: primero visitar a su médico e iniciar la terapia para pasar el mono (síndrome de abstinencia), y después iniciar el proceso de desintoxicación y rehabilitación que él elija. Nosotros tenemos un centro terapéutico especializado en tratamiento de alcoholismo. Pero el primer paso debe darlo él.”
.
Me dirigí a su casa, pero todas las persianas estaban cerradas y nadie contestó al timbre, así que empecé a recorrer el pueblo (los bares del pueblo) buscándolo. En cada lugar me daban un poco más de información sobre él:
- por algunos bares ya había pasado,
- en otros tenía desde hace tiempo prohibido el acceso,
- su deterioro había provocado que su mujer y sus hijos abandonasen el domicilio familiar recientemente,
- la semana anterior la guardia civil se había presentado en su casa por haber tenido un intento de suicidio,
- había formado parte, hasta el año pasado, del grupo de cornetas de la cofradía de la Vera Cruz, pero lo había dejado porque “no estaba bien”,
- era el penitente que se había incorporado descalzo a la procesión del Viernes Santo…
A todos los que le conocían les dije que, si se encontraban con él, le avisasen de que le estaba buscando, que quería ayudarle.
.
En los días siguientes, algunos vecinos me daban noticias suyas: seguía rondando por los bares, cada vez más deteriorado. Pero no había manera de que pudiéramos coincidir.
Para colmo, un inoportuno catarro me ha tenido toda la semana más tiempo dentro de casa que en la parroquia.
.
Ayer me avisaron por teléfono:
Dani se había acercado a las 8 de la mañana al bar de la plaza, donde se habían negado a servirle. Al salir, junto al ayuntamiento, se había desplomado sin vida. Todo intento de reanimarle fue infructuoso.
.
Hoy, con la urna que contenía sus cenizas, hemos celebrado el funeral por Dani. Tenía 39 años recién cumplidos.
¡Descanse en paz!
.

¡La paz contigo!

No hay comentarios: