Blog amigable (I)

Nuevamente el colombiano Daniel Mora, desde Puerto Rico, se ha acordado de mi blog a la hora de repartir reconocimientos. Esta vez ha sido con el premio “blog amigable”.
No es fácil expresar lo que se lleva en el corazón: unas veces (las más) porque ni siquiera se intenta, y otras porque a pesar de intentarlo no se consigue (o bien porque no estamos acostumbrados a expresar sentimientos o bien porque los lenguajes que utilizamos para ello no son los mismo que utilizan nuestros interlocutores).
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A los sacerdotes, cada vez más, se nos pide que estemos ahí no tanto para hablar sino para escuchar. Pero sólo se le abre el corazón a quien se muestra receptivo, acogedor, “amigable”. (Por eso valoro especialmente el reconocimiento que acabo de recibir.)
No siempre nos gusta lo que escuchamos, pero peor sería que nos dijeran sólo “lo que nos gustaría oír”. Sería MUY MALA SEÑAL.
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Recuerdo que mi primer destino como párroco fue en cuatro pequeños pueblecitos de montaña (juntos no llegaban a sumar 90 habitantes en un día de labor).
El primer día que llegué allí era domingo y me acompañaba el anterior párroco (un franciscano ya bastante anciano).
A la salida de aquella primera misa de presentación me estaban esperando unas doce mujeres (todas las del pueblo). Una de ellas, con los brazos en jarras, tomó la palabra en nombre de todas y dijo:
- “Mire usted. Nos alegra mucho conocerle y que vaya a ser nuestro nuevo párroco. Los domingos nos va a ver a todas en misa y le agradeceremos que venga. Pero entre semana es mejor que no aparezca por aquí porque todas tenemos muchas cosas que hacer y si viene nos va a entretener de las faenas.”
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Evidentemente, aquellas mujeres SÍ sabían expresar lo que llevaban en el corazón. Y de una manera muy clara, por cierto.

1 comentario:

Daniel Mora dijo...

Las gracias a usted. Pues este blog es para mi un remanso de tranquilidad y conocimiento, ademas, escribe usted de una forma divertida pero muy directa.

Esta anecdota con las mujeres de su primera parroquia, muestran lo desconfiado que podemos llegar a ser los seres humanos, pero muestra tambien que la confianza y el respeto es algo que se debe ganar y no exigir.

Paz y bien

Daniel Mora