Tres respuestas inesperadas (I)

A veces olvidamos que cada persona es un mundo, y cosas que damos por supuestas son vividas por los demás de forma totalmente diferente. Como resultado, seguro que todos, en algún momento, nos hemos visto sorprendidos por las respuestas que a veces hemos recibido.
.
Si esto es válido para los adultos, aún se acentúa más cuando se trata de niños. Aquellos que conviven o trabajan con ellos saben hasta qué punto sus mentes procesan de un modo totalmente personal la información que reciben:
.
Hace años me tocó ejercer de catequista con un grupo de niños que empezaban a prepararse para hacer la Primera Comunión. Una de las niñas, de habitual muy alegre y participativa, estaba ese día sería y en silencio, como enfadada y triste. Por más que le pregunté si le ocurría algo, ella apretaba el morro y casi-casi se le escapaba una lágrima.
En aquella ocasión, la catequesis trataba sobre la infancia de Jesús y cómo crecía “en sabiduría, en estatura y gracia ante Dios y ante los hombres”.
Cuando la niña oyó que Jesús había sido niño como ellos, se le iluminó el rostro y preguntó inocentemente: “Entonces, ¿Jesús también tuvo que usar gafas?

.
Quedó clarísimo cuál era el “problema” que ocupaba la mente de la niña en aquel momento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace unos meses me contaban de una catequesis de primera comunión en un colegio.
La catequista, con bastante poca formación, se empeñaba en explicar a los niños que el infierno no existía. Preguntó uno de ellos: pero, si no hay infierno, ¿por qué tenemos que ser buenos, si vamos a estar todos en el cielo?
La catequista se quedó pensativa y le dijo que en realidad el cielo tampoco existía.
Y entonces, una niña, con los ojos bien abiertos, le dijo:…y entonces… ¿dónde está mi abuelo?

Afortunadamente, los padres tomaron cartas en el asunto y pidieron que a los niños les educasen en la fe católica, que es la que ellos querían para sus hijos.
Pero fueron dos niños los que mayor ejemplo dieron a la catequista.

Santisiembra dijo...

Hola Tio cura, tengo un hermano en el seminario formandose con los Eudistas, es lo más proximo. Me han gustado mucho sus reflexiones y volvere a visitarle. Dios con Ud. Saludos
Pd. En referencia a las respuestas inesperadas, pienso que la lengua emite lo que al corazon reboza..