El otro día coincidimos en una reunión varios sacerdotes que habíamos sido compañeros en el seminario. En esos casos, menos frecuentes de lo que nos gustaría, solemos acabar recordando anécdotas graciosas vividas por todos. ¡Seis años de seminario mayor dan para mucho!
En la reunión a la que hacía alusión al principio, uno de los sacerdotes trajo a nuestra memoria algo que ya casi todos teníamos olvidado:
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Varios jóvenes seminaristas del último curso de Bachiller (17 años) leyeron en el periódico que en una discoteca de la ciudad se iba a celebrar un concurso de DJ’s (Disc-jockey’s o pinchadiscos). Se decidieron a participar en él, pero como el horario del evento era totalmente incompatible con las reglas del seminario, no vieron mejor solución que prescindir de pedir permiso y escaparse por la ventana para asistir.
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Por lo visto, el concurso no consistía en una única jornada, sino que, entre todos los que participaban cada día, los mejores quedaban seleccionados para el sábado siguiente.
Los seminaristas fueron ganando las diferentes fases de clasificación y, como consecuencia, su método de evasión por la ventana se fue repitiendo un sábado por la noche tras otro.
La habilidad de esos jóvenes hizo que acabasen clasificados para la gran final, a la que muy ilusionados asistieron sin comunicárselo a nadie.
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Al día siguiente, durante el desayuno, todos ellos recibieron el aviso de que el rector del seminario quería verles inmediatamente en su despacho. Sin duda se había descubierto la historia, y muy enfadados empezaron a pensar quién habría podido delatarles.
Cuando llegaron al despacho del rector entendieron cómo habían sido "pillados". En su mesa estaba el periódico del día…
¡¡¡con la foto de todos ellos recogiendo el trofeo como ganadores del concurso!!!
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¡La paz contigo!
En la reunión a la que hacía alusión al principio, uno de los sacerdotes trajo a nuestra memoria algo que ya casi todos teníamos olvidado:
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Varios jóvenes seminaristas del último curso de Bachiller (17 años) leyeron en el periódico que en una discoteca de la ciudad se iba a celebrar un concurso de DJ’s (Disc-jockey’s o pinchadiscos). Se decidieron a participar en él, pero como el horario del evento era totalmente incompatible con las reglas del seminario, no vieron mejor solución que prescindir de pedir permiso y escaparse por la ventana para asistir.
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Por lo visto, el concurso no consistía en una única jornada, sino que, entre todos los que participaban cada día, los mejores quedaban seleccionados para el sábado siguiente.
Los seminaristas fueron ganando las diferentes fases de clasificación y, como consecuencia, su método de evasión por la ventana se fue repitiendo un sábado por la noche tras otro.
La habilidad de esos jóvenes hizo que acabasen clasificados para la gran final, a la que muy ilusionados asistieron sin comunicárselo a nadie.
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Al día siguiente, durante el desayuno, todos ellos recibieron el aviso de que el rector del seminario quería verles inmediatamente en su despacho. Sin duda se había descubierto la historia, y muy enfadados empezaron a pensar quién habría podido delatarles.
Cuando llegaron al despacho del rector entendieron cómo habían sido "pillados". En su mesa estaba el periódico del día…
¡¡¡con la foto de todos ellos recogiendo el trofeo como ganadores del concurso!!!
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¡La paz contigo!
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